Por Tomás Rodríguez
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| Jugadores de la Juventus celebran gol de Giovinco. (www.cooperativa.cl) |
La Juventus se encontró en octavos de
final de la Coppa Italia con el Hellas Verona en un partido lleno de
ritmo, toque y mucho color que dejó una duda al aire: ¿Cuál fue el mejor gol?
Por
lo general uno de los ingredientes que genera una atmosfera envolvente que pasa
los límites de la imaginación es la música, y más si se le acompaña de la
euforia que genera. Es por eso que hay canciones que exaltan el ánimo y
representan realidades, en algunos casos, posibles y no fantasiosas.
Un fragmento
del himno de la Juventus exclama “llévanos donde quieras, montamos la
fiesta en la curva” dando la posibilidad de una celebración sin límites en un
lugar donde nadie pasaría desapercibido. El escenario elegido para tal
festividad nada premeditada era el Juventus Stadium, actualmente de los mejores recintos futbolísticos de Italia.
Por
un veloz instante hay un cambio en el audio del estadio y comienza a sonar de
fondo “¡Pa pa l' americano!”, la conocida canción que estuvo en cumpleaños,
fiestas de graduaciones y discotecas. Salen ambas escuadras con marcado
contraste en sus uniformes: el Verona de
blanco y la Juve de azul eléctrico. El
saludo rutinario a los árbitros. Seguía la música de fondo. Pitazo inicial. Se
detiene la melodía y comienza a rodar el balón.
Punto de encuentro: La emoción estaba desatada en los aficionados que
esperaban un repentino primer gol de su equipo local, sin embargo, serían los
veroneses quienes dieran el primer susto que para los locales, afortunadamente,
no tuvo resultado.
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| Bonucci, Nené y Marchisio disputando el balón (www.bravobola.com) |
Una
vez que ya tenían la posesión del balón los de Turín se lanzaron a sus primeros ataques y en uno de ellos, a los seis minutos, logran obtener una
falta a favor con oportunidad al tiro
libre directo. El elegido para disparar fue Giovinco que tal como el himno de su equipo llevó a donde quiso a
la pelota y así produjo el primer gol.
Gritos eufóricos, banderas ondeantes. El césped se comenzaba a pintar de azul y
gradualmente irían subiéndole el volumen a la música.
A eso
de los 21 minutos de partido
llegaría a la reunión un nuevo invitado llamado Pereyra y lo hacía de una forma particular, esquivando, sin dejar que nadie le saludara e ir directamente a las
anfitrionas: las redes. Golazo que
le daba el 2-0 a los locales. Y si
no era suficiente aún, aparecía otro de los amigos de nombre Lichtsteiner en el 45’+ con una galopada sirviéndole en bandeja la paleta de matices a
Giovinco y poner el 3-0. Había que descansar un poco, unos
15 minutos.
A medio pintar: La meditación que suele hacerse antes de hacer la
siguiente pincelada, la charla que se realiza mientras cambian el disco que
sonaba, el corte comercial, todo eso había terminado.
Unos
tenían el trabajo de acabar de colorear el lienzo y otros de sobresalir en la
fiesta lo más que pudieran. Quizá era la oportunidad de remontar para el Hellas Verona y más teniendo en el
terreno a un veterano de partidos épico, por mencionar a uno, Rafa Márquez. Pero necesitarían más que
eso.
Si
bailar es un arte, mantener el equilibrio en un pie mientras el balón rebota y darle
el toque preciso para que vaya a las mallas, lo es también. Al parecer a Pogba no se le vio complicado y marcó
el 4-0 al minuto 53’, y además le regaló un baile a su público
un ‘Pogdance’. Para contrarrestar
esos movimientos que desviaban la atención del público Nené, tras un corner ejecutado, logra besar con los pies al balón y
abrir la cuenta del Hellas: 4-1, minuto 57.
Al
cuadro solo le faltaban algunos retoques de intensidad y para eso contactaron
al pintor español Morata quien al 63’ añadía otro trazo de azul a la
composición con un penal. La fiesta ya estaba por terminar, todos habían
aportado de sus virtudes y quedaba por escoger el marco para exponer la obra. Conan 78’ lo resolvió con facilidad y
le mostró la elección que dejó a sus compañeros asombrados: derechazo con
potencia directo a los nudos de las redes, otro golazo 6-1.
Al
día siguiente el museo abrió y todos los que asistieron no tuvieron más que
concluir que el azul fue por delante, fue el color que sobresalió, solo que de
todos los goles expuestos en la obra no supieron con cuál quedarse. Y la música
del estadio terminó igual con un himno y con “la fiesta en la curva”.
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