jueves, 15 de enero de 2015

El Azul por delante

Por Tomás Rodríguez

Jugadores de la Juventus celebran gol de Giovinco. (www.cooperativa.cl)
La Juventus se encontró en octavos de final de la Coppa Italia con el Hellas Verona en un partido lleno de ritmo, toque y mucho color que dejó una duda al aire: ¿Cuál fue el mejor gol?

Por lo general uno de los ingredientes que genera una atmosfera envolvente que pasa los límites de la imaginación es la música, y más si se le acompaña de la euforia que genera. Es por eso que hay canciones que exaltan el ánimo y representan realidades, en algunos casos, posibles y no fantasiosas.



Un fragmento del himno de la Juventus exclama “llévanos donde quieras, montamos la fiesta en la curva” dando la posibilidad de una celebración sin límites en un lugar donde nadie pasaría desapercibido. El escenario elegido para tal festividad nada premeditada era el Juventus Stadium, actualmente de los mejores recintos futbolísticos de Italia.

Por un veloz instante hay un cambio en el audio del estadio y comienza a sonar de fondo “¡Pa pa l' americano!”, la conocida canción que estuvo en cumpleaños, fiestas de graduaciones y discotecas. Salen ambas escuadras con marcado contraste en sus uniformes: el Verona de blanco y la Juve de azul eléctrico. El saludo rutinario a los árbitros. Seguía la música de fondo. Pitazo inicial. Se detiene la melodía y comienza a rodar el balón.

Punto de encuentro: La emoción estaba desatada en los aficionados que esperaban un repentino primer gol de su equipo local, sin embargo, serían los veroneses quienes dieran el primer susto que para los locales, afortunadamente, no tuvo resultado.

Bonucci, Nené y Marchisio disputando el balón (www.bravobola.com)
Una vez que ya tenían la posesión del balón los de Turín se lanzaron a sus primeros ataques y en uno de ellos, a los seis minutos, logran obtener una falta a favor con oportunidad al tiro libre directo. El elegido para disparar fue Giovinco que tal como el himno de su equipo llevó a donde quiso a la pelota y así produjo el primer gol. Gritos eufóricos, banderas ondeantes. El césped se comenzaba a pintar de azul y gradualmente irían subiéndole el volumen a la música.

A eso de los 21 minutos de partido llegaría a la reunión un nuevo invitado llamado Pereyra y lo hacía de una forma particular, esquivando, sin dejar que nadie le saludara e ir directamente a las anfitrionas: las redes. Golazo que le daba el 2-0 a los locales. Y si no era suficiente aún, aparecía otro de los amigos de nombre Lichtsteiner en el 45’+ con una galopada sirviéndole en bandeja la paleta de matices a Giovinco y poner el 3-0. Había que descansar un poco, unos 15 minutos.


A medio pintar: La meditación que suele hacerse antes de hacer la siguiente pincelada, la charla que se realiza mientras cambian el disco que sonaba, el corte comercial, todo eso había terminado.

Unos tenían el trabajo de acabar de colorear el lienzo y otros de sobresalir en la fiesta lo más que pudieran. Quizá era la oportunidad de remontar para el Hellas Verona y más teniendo en el terreno a un veterano de partidos épico, por mencionar a uno, Rafa Márquez. Pero necesitarían más que eso.

Si bailar es un arte, mantener el equilibrio en un pie mientras el balón rebota y darle el toque preciso para que vaya a las mallas, lo es también. Al parecer a Pogba no se le vio complicado y marcó el 4-0 al minuto 53’, y además le regaló un baile a su público un ‘Pogdance’. Para contrarrestar esos movimientos que desviaban la atención del público Nené, tras un corner ejecutado, logra besar con los pies al balón y abrir la cuenta del Hellas: 4-1, minuto 57.

Al cuadro solo le faltaban algunos retoques de intensidad y para eso contactaron al pintor español Morata quien al 63’ añadía otro trazo de azul a la composición con un penal. La fiesta ya estaba por terminar, todos habían aportado de sus virtudes y quedaba por escoger el marco para exponer la obra. Conan 78’ lo resolvió con facilidad y le mostró la elección que dejó a sus compañeros asombrados: derechazo con potencia directo a los nudos de las redes, otro golazo 6-1.

Al día siguiente el museo abrió y todos los que asistieron no tuvieron más que concluir que el azul fue por delante, fue el color que sobresalió, solo que de todos los goles expuestos en la obra no supieron con cuál quedarse. Y la música del estadio terminó igual con un himno y con “la fiesta en la curva”.



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